Boletín Especial V Congreso Misionero Nacional - Noviembre 2017
La Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal Argentina pone a su disposición distintas notas que fueron elaboradas durante el Congreso Misionero Nacional (Neuquén, 18-20 de noviembre)
Agradecemos la gentil colaboración del equipo de comunicación del COMINA V.
Conclusiones de V Congreso Misionero Nacional
Los participantes del 5º Congreso Misionero Nacional, reunidos en la ciudad de Neuquén, del 18 al 20 de noviembre de 2017, bajo el lema “Argentina en misión, el Evangelio es alegría”,
Observamos
- una mayor conciencia misionera, como consecuencia de las enseñanzas del Papa Francisco;
- un cambio y renovación de las estructuras pastorales a través de gestos y acciones propias de una Iglesia en salida;
- una profundización en la formación, como consecuencia de su importancia en la actividad misionera; y en la espiritualidad, a través de una mayor valorización de la piedad popular;
- dificultades en la comunicación, falta de comunión, clericalismo y poca perseverancia;
- resistencias y miedos a los cambios y a salir al encuentro, por falta de confianza en la eficacia del Evangelio;
- signos de cansancio, desinterés y poca pasión en la tarea evangelizadora.
Creemos que
- la alegría de evangelizar echa sus raíces en el encuentro con Cristo resucitado, que reconocemos en el otro;
- esta alegría pascual es la que nos ayuda a superar el miedo, la comodidad y la indiferencia;
- la misión expresa el amor de Dios y la misericordia por todos;
- la fe se vive y se testimonia desde una comunidad de discípulos misioneros.
Proponemos
- generar ámbitos de encuentro con Cristo a través de una espiritualidad misionera centrada en la Eucaristía y la Palabra de Dios;
- acrecentar la formación misionera en todos los ámbitos pastorales;
- favorecer los vínculos de comunión y el trabajo en equipo para un testimonio misionero fecundo;
- disponernos a la escucha de nuestro pueblo, acrecentando la salida al encuentro con los pobres;
- revitalizar espacios de difusión, formación y acompañamiento de las vocaciones ad gentes.
Confiamos en que el Señor infunda en nuestras vidas la fuerza de su Espíritu Santo para que renueve en nosotros la pasión por la misión y nos haga anunciadores de la alegría del Evangelio.
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Misa de Clausura, a cargo de Mons. Fernando Croxatto
Hemos venido a que se nos complique la vida por el Evangelio. Porque si amar en serio siempre complica qué podemos decir si amamos a Jesús y a su Evangelio. ... Estamos alentados a mantenernos firmes, llenos de valor, a preferir incluso la muerte antes que fallarle al Señor.... A no traicionar el amor, a no callar nuestro anuncio. Recordando expresiones de Francisco que tenemos presente estos días, no es lo mismo haber conocido a Jesús, que no conocerlo, caminar con Él que caminar a tientas... No es lo mismo poder escucharlo que ignorar su Palabra. No es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo, descansar en Él, que no poder hacerlo. El verdadero misionero que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él. Y la vida se nos complica. Pero qué bueno que se nos complique porque la vida con Él es mucho más plena y le encuentra sentido a todo. Por eso, Argentina en misión: El Evangelio es Alegría. Misioneros a la misión - El Evangelio es Alegría.
Hoy también el Señor nos regala esta palabra del ciego de Jericó, del ciego al borde del camino. El misionero camina y en estos tiempos de Francisco, es alguien en salida. No está a la espera, que lo vengan a buscar, sino que recorre, busca, visita. Y a la luz de esta Palabra, me animo a decir: la misión es salir para detenerse.. es andar por parajes, pueblos, ciudades, realidades sociales, los areópagos modernos. Pero no solo pasando, sino deteniéndonos. Dejando que nos detengan para acercarnos, para mirar a los que gritando desde las orillas. Los invito a que traigamos al corazón a tantos que conocemos y que por tantos diversos motivos están al margen de la vida, como lo recordamos también ayer en la I Jornada Mundial de los Pobres. Los que la vida y las circunstancias los han planchado, y los pusieron al margen de la alegría, de una vida con sentido, con dignidad. Y son muchos los que viven hoy sin ver por sí mismos, y se han vuelto esclavos, presos. Tomando algo que festejamos los argentinos en este día de la soberanía nacional, podríamos decir que han perdido la soberanía de sí mismos, porque atados a los que los otros hagan de y con ellos, decidan por ellos, metiéndolos en el gran gimnasio de los hombres sin fe hoy han construido, relegando mucho de la marca de hijos de Dios grabada en sus corazones, que son tantos los que están necesitados y sedientos de Cristo... los que no han gustado de la libertad que tenemos nosotros que es tan hermosa de los hijos de Dios. Cómo no sentir esta hermosa alegría de evangelizar? Cómo no sentir esta urgencia hoy de la misión? Por eso, Argentina en misión: El Evangelio es Alegría. Misioneros a la misión - El Evangelio es Alegría. Ahora los quiero invitar de un modo especial porque hemos dicho que somos simples discípulos misioneros. No somos discípulos y misioneros, lo que significa que siempre necesitamos ponernos delante del maestro, a los pies de Jesús... y gustar y sentir la pregunta que sale de sus labios y que Él nos la dice a nosotros: qué querés que haga por ti? Y una y mil veces tenemos que decirle: Señor, hacé que yo vea. Voy a ir leyendo esto a modo de oración.
Haz Señor que vea. Haz que podamos encontrar lugar en donde renovar la propia fe en vos, nuestro Jesús crucificado y resucitado. Lugares donde compartir las propias preguntas profundas y las preocupaciones cotidianas, donde discernir en profundidad con criterios evangélicos sobre nuestra existencia, experiencia para que todo lo que elegimos cada día se oriente al bien y tenga esa toque de belleza que atraiga y contagie. Haz Señor que vea. Haz que no nos conformemos con algunos espacios de espiritualidad y misión que no alimentan el encuentro con los demás, el compromiso en el mundo, la pasión evangelizadora. Que no entremos en esa obsesión por ser como todos y por tener lo que poseen los demás, que terminen ahogando la alegría misionera y así las tareas evangelizadoras se vuelven forzadas. Que no nos dejemos robar el entusiasmo misionero. Haz que no nos escapemos de los compromisos que nos pueden robar nuestro tiempo libre, como si la tarea evangelizadora fuera un veneno peligroso, y no una alegre respuesta al amor de Dios que nos convoca a una misión, y nos vuelve plenos y fecundo.. Que probemos a fondo el gusto por la misión. Haz Señor que yo vea. Que nos demos cuenta cuando estamos cayendo en la mayor amenaza que es ese gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia, en la cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad. Llamados a iluminar y a comunicar vida, finalmente nos dejamos cautivar por cosas que solo generan oscuridad y cansancio interior y que nos apoliyan el dinamismo apostólico. Haz Señor que yo vea. No seamos profetas de calamidades, que seamos realistas pero no pesimistas. Que podamos ver los males de este mundo como desafío a crecer. Que no dejemos nunca de ver la luz que siempre derrama el Espíritu en medio de las oscuridades, y siempre descubramos el trigo que crece en medio de la cizaña. Que no nos dejemos robar la esperanza. Haznos ver siempre que la fe en vos, el Hijo de Dios hecho carne, es inseparable del don de nosotros mismos. Por eso, haz que podamos correr siempre el riesgo de encontrarnos con el rostro de los otros, con sus dolores y sus reclamos. De pertenecer a una comunidad y hacernos servidores. Que no nos cansemos de optar por la fraternidad. A que no perdamos contacto con la realidad sufrida de nuestro pueblo fiel, entreteniéndonos en lo que habría que hacer y no que se nos deshilache la vida y nos cansemos en el barro. Haz Señor que estemos atentos a la tentación de la envidia los que estamos en la misma barca y vamos hacia el mismo puerto. Que nos alegremos con los frutos ajenos que son de todos. Haz Señor, por último, que no nos quedemos cómodos creyendo que hemos cambiado cuando seguimos haciendo siempre lo mismo, como aquel oso que recorría constantemente, arriba y abajo, los seis metros que tenía en su jaula, y cuando al cabo de cinco años quitaron la jaula, el oso seguía recorriendo arriba y abajo los mismos seis metros como si estuviera en la jaula y lo estaba para él porque siempre lo hizo así. Queridos hermanos y hermanas misioneros hay que volver. El Congreso ha llegado a su fin. Pero volvamos como dice este canto que tantas veces cantamos los misioneros: Jesús te seguiré, donde me lleves iré. Y volvamos glorificando al Señor por estos días. Que nuestra vida, por la alegría, por la fuerza y el entusiasmo del Evangelio sea una alabanza cotidiana al Señor. No nos dejemos robar la alegría de evangelizar. Que tu vida, mi vida misionera convenza por el amor y la alegría. Porque tenemos un tesoro de vida y de amor que no puede engañar, el mensaje que no puede manipular ni desilusionar. Es una respuesta que cae en lo más hondo de cada ser humano y que puede sostenerlo y elevarlo. Es la verdad que no pasa de moda porque es capaz de penetrar allí donde nadie más puede llegar. Que María, la Madre del Evangelio viviente y nuestros santos que nos han acompañado con sus reliquias también, intercedan para que podamos llevar adelante las propuestas de este COMINA V. Por eso, Argentina en misión: El Evangelio es Alegría. Misioneros a la misión - El Evangelio es Alegría.
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Memoria agradecida - Homenaje a Don Jaime de Nevares
Para recordar al primer Obispo de Neuquén, Mons. Jaime de Nevares, quien lo sucedió Mons. Agustín Radrizzani, hoy Arzobispo de Mercedes-Luján, realizó un homenaje hablando de la Verdad, de la Bondad y la Belleza, citando para cada caso, palabras textuales de don Jaime en cartas y homilías.
Por su parte, Mons. Marcelo Melani hizo un recorrido según los conceptos que se fueron vertiendo sobre la misión en estos días, comparando la vida de don Jaime y contando historias del extenso anecdotario de su vida como Obispo de Neuquén.
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Segunda Ponencia:Mons. Virginio Bressanelli
La Alegría de Evangelizar
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Tercera Ponencia:Hna. Cilena Rojas Arispe
Prioridades de acción misionera
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Primero ponencia a cargo de Mons. Enrique Eguía Seguí
“MISERICORDIA Y MISIÓN” -VER-
Monseñor Eguía en la primera ponencia, realizó un desarrollo de la realidad misionera de la Iglesia en Argentina, vinculando estrechamente misión y misericordia como lo que da verdadera identidad a la iglesia.
En este sentido, destacó que Francisco nos quiere inspirar con imágenes visibles, no con programas. Por eso nos presenta su modelo de iglesia soñado sostenido desde y en la misión y misericordia.
Desde esta premisa, estamos llamados a ser una Iglesia cada vez más misionera y misericordiosa, lo que implica entonces, una renovación pastoral de todas nuestras actividades evangelizadoras.
Eguía destacó que lo principal para la Iglesia entonces, es salir, “recorrer distancias”, expandir el evangelio. Evangelio que habla de un amor de Dios que define nuestra fe.
Se invitó a reflexionar sobre la misión como el compartir el amor misericordioso de Dios con los hermanos. El Papa Francisco, señaló Mons. Eguía nos pide que asumamos un estilo de Iglesia misericordioso, que se haga actitud, hábito, vida.
“Amando se evangeliza, amando se misiona”. En este llamado concreto a hacer visible la misericordia de Dios, se nos anima a ser oasis de misericordia. Esa es la conversión pastoral que nuestra Iglesia necesita, para hacer de nuestras parroquias verdaderos santuarios donde se experimente la presencia de Dios. Utilizando esta expresión, Eguía hizo referencia a la vivencia del santuario – referenciando el espíritu de Aparecida-. Al santuario van todos y una vez adentro, se acompaña y hace crecer. Al estilo de santuario, la Iglesia debe ser abierta, que reciba a todos.
Finalizando la exposición y antes de dar paso a los trabajos en grupo que enriquecieron lo escuchado por la mañana del sábado, animó a cada uno de los presentes a comprometerse para ser misioneros misericordiosos.
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Inauguración del Congreso. Palabras de Mons. Croxatto
Este sábado 18, luego del acto de apertura, donde la música y la danza se hicieron presentes dando la bienvenida a los más de 600 congresistas que se dieron cita en Neuquén para vivir estos días en la Alegría del Evangelio, Monseñor Fernando Croxatto, Obispo de Neuquén y Presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, dejó inaugurado oficialmente el V Congreso Misionero Nacional invitando a cada uno de los participantes a poner el corazón para hacer la experiencia del amor de Dios.
Animo a los presentes a que como los discípulos de Emaús “volvamos a nuestras casas para contagiar a nuestros hermanos en la vida del mundo. Para que deje de ser vida del mundo y se convierta en vida del Reino de Dios en el mundo”, manifestó.
En relación a las diferentes motivaciones por las que los misioneros estarán estos días en Neuquén, Croxatto expresó que “Venimos porque Jesús y su Evangelio nos complicó la vida y porque queremos que nos la complique más”
Para finalizar invitó a realizar un gesto entre los más cercanos, confirmando la vocación misionera a la que hemos sido llamados, diciéndole al otro que cada uno es una misión, que somos misión, bendiciéndonos mutuamente para estos días de trabajo, reflexión y compartir.
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